miércoles, 26 de octubre de 2011

Masa para pizza de Nigella Lawson

La semana pasada me entró un antojo de estos que sólo deberían entrarles a las embarazadas (porque total, 10 cm de cintura más que menos, estando ya como pelotillas, no se les nota tanto). Y es que necesitaba urgentemente zamparme una pizza recién salida del horno, con sus champiñoncitos (no tenía), su queso mozzarella (no tenía), sus tomatitos cherry (no tenía) y lo más importante, una base de pizza prehorneada (pues eso... ¡tampoco la tenía!).

En mi ranking de cómo comerte una pizza en casa y llegar a disfrutarla se encuentran las siguientes categorías:
1. pizza congelada (never do it)
2. pizza prehorneada (sección de refrigerados) bueeeeno, las hay que no están mal, pero por lo general suelen tener combinaciones de elementos que yo nunca usaría (Diossss, a quién se le ocurre hacer una pizza de queso y RUCOLA, que encima cuando la horneas, queda como si se te hubiese caido un moco de troll allí en medio)
3. llamar a New York pizza... algunas son comestibles, pero como siempre están que si base americana, que si base italiana, que si base crujiente, que si ingrediente extra... nunca me acuerdo de la que pedí aquella vez que estaba tan buena, acabo pidiendo la que tiene una base que es como si se te incrustara el Alien de Sigourney Weaver en el estómago y al final me pregunto ¿pero en serio que hoy quería comer pizza?
4. base prehorneada en la que cada uno le pone los ingredientes que le apetezcan... Pues claro ¿cómo no se me había ocurrido antes? y es que esto lo descubrí hace relativamente poco. El año pasado después del verano, cuando nos instalaron la cocina nueva con un horno que FUNCIONABA le dediqué un día un homenaje a mi familia holandesa en la que todos los ingredientes iban al horno: bizcocho, empanada, hogaza de pan probablemente, y entre otras cosas que ya no me acuerdo, unas cuantas minipizzas hechas con estas bases prehorneadas. Aparte de que este día debieron de bajar el pórtico rodando como pelotillas, todo el mundo comentó lo ricas que estaban las mini pizzas "que yo había hecho".
Yo evidentemente no había hecho nada más que tirarles unos cuantos ingredientes por encima a las bases que había traido del supermercado. Pero tuve que reconocer que el resultado era muy bueno. Así que creo que llevo ya algo más de un año incrementando mi adicción a las pizzas hagalo-usted-mismo con base prehorneada.
Hasta que... la semana pasada... no había base en la nevera!!

Daba la casualidad de que al volver de vacaciones Robert me dio un cheque de libros (un "boekenbon", de los de www.boekenbon.nl) que tenía por ahí desde hacía siglos y no había usado ni pensaba utilizar. Yo tampoco pensaba darle uso, ya que no suelo comprar libros (antes los busco prestados en la biblioteca), en las librerías sólo se encuentran normalmente en inglés y en holandés (y yo salvo excepciones suelo leer en español) y además desde hace ya bastantes meses, para leer tengo el Kindle (la razón de más peso a la hora de no necesitar comprar más libros).
La portada en la versión
original inglesa. En español
podría ser que no esté traducido
Pues mira tú por donde, que unos días después me pasé por la librería Paagman y me encontré por casualidad con el libro de Nigella Lawson: How to be a Domestic Goddess. También estaba la versión holandesa, pero en realidad, para comprar una traducción de un libro de cocina, si no es la de mi propio idioma, prefiero tener el original.
Así que al final sí que le di buen uso al cheque de libros, me llevé el libro de Nigella, que además ya conocía algunas de las recetas de su sitio web, y había oido hablar de este libro (que parece ser que en su día sembró un poco de polémica por considerar algunos sectores sociales que el título, en español "Cómo ser una diosa doméstica", era totalmente improcedente, anticuado, sexista y etc). A mí particularmente el título no me molesta, aunque más bien cambiaría el "Cómo ser una diosa doméstica" por "Cómo tener una diosa doméstica", una a la que le des el libro y todos los días te presente un par de las recetas en la mesa, sin que tú tengas que mover un dedo -o sea que la Thermomix no me vale, que el dedo y algo más sigue habiendo que moverlo para que te haga sus cosillas-. Por otro lado mí las recetas de los cocineros ingleses siempre me parecen como un poco demasiado... ¿¿inglesas?? No sé, no sé, es que a veces son recetas un poco de perogrullo, como los macarrones gratinados de Jamie Oliver, que claro, también es cierto que sus recetas van destinadas a todos los públicos, aparte de que en sus libros se echan de meno los platos de cuchara... que claro, también es cierto que mi problema será no que las recetas sean muy inglesas sino que mi percepción culinaria es muy española. Porque no vamos a esperar que Jamie Oliver se siente a explicarnos cómo se hace un marmitako o una purrusalda. Sin embargo las recetas de Nigella, sin que creo que ella tenga ni pajolera idea de qué es un marmitako, sí que son más innovadoras (aunque creo que también tiene recetas de macarrones gratinados). De todas formas, el libro de "How to be a Domestic Goddess" o "Cómo ser una diosa doméstica" sólo tiene recetas que van al horno, o sea "baking" según dice en el subtítulo, así que marmitakos por ahí saldrán pocos. Y ya que hablamos de innovación, ¡qué puede ser más innovador que la tarta de Coca-cola que aparece en este libro! (que yo no la he hecho, pero en breve caerá). O la de la tarta Guinness, que no sale en este libro pero que según parece también es una receta de Nigella (y que también en breve caerá...)
Bueno, que ya me he vuelto a enrollar. El caso es que la semana pasada, al ver que no tenía ni base, decidí estrenar de una vez el libro y poner en práctica su receta de pizza. Justo cuando terminaba de reposar la masa, llegó Robert del trabajo, que se había pasado por el supermercado, y traía un cargamento de tomatitos, mozzarella, champis, queso rallado...
¡Y la pizza la devoramos!

INGREDIENTES:

250 gr de harina de uso normal (00 o de repostería, es decir no tiene que ser de fuerza)
1/2 saquito de levadura seca (3,5 gr) o 8 gr de levadura fresca
1/2 cucharadita de sal
aproximadamente 150 ml de agua templada
2 cucharadas de aceite de oliva virgen

Para los ingredientes que van encima de la masa (no digo relleno porque no va tapada como si fuese una empanada), no usé los que decía la receta de Nigella. Era algo así como pizza Casareccia y llevaba tomate triturado, orégano, anchoas, lonchas de queso, jamón, pepinillos y queso rallado. A mí lo que me interesaba era la base solamente.

Si la levadura es fresca, disolverla en el agua tibia y añadir el aceite. Añadir por último la harina y mezclar bien. Amasar hasta que quede una bola bastante consistente, entonces ponerla en un bol, tapar con un paño limpio y dejar reposar una hora, hasta que la bola haya doblado su tamaño.

Precalentar el horno a 240º C.

Estirar con la mano, no con el rodillo de amasar (se pega). Pensandolo fríamente, por algo los cocineros italianos tiran la bola al alto, la hacen girar encima de su cabeza, etc pero nunca le dan con el rodillo. Yo la hice rectangular (bueno ejem, eso es más bien lo que intenté, creo que más bien tenía forma de poliedro irregular... muy irregular)

Para la base yo la unté con tomate triturado con un poco de orégano, lo cubrí con placas de queso y luego champiñones en rodajas, jamón de York, tomatitos cherry y queso rallado (un híbrido entre la caprese, que lleva tomate y bolitas de mozzarella, y la caprichosa, que lleva jamón y champis... y que a los italianos no les dé el flus)

Poner al horno durante 20 minutos o hasta que el queso esté gratinando, sin llegar a dorar del todo.

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