lunes, 31 de octubre de 2011

Halloween specials

La verdad es que pensandolo fríamente los "specials" de Halloween no son más que los mismos platos populares hispanos de siempre, pero disfrazados de (o con) elementos hallowinescos tales como calabazas, murciélagos, vampiros... Yo creo que nos metemos demasiado por la parte "gore" y fantasmagórica del tema pero también hay recetas interesantes a base de calabaza, por ejemplo el pumpkin pie americano, que no tiene por qué dar miedo (bueno depende de cómo te quede al salir del horno, claro) pero también es todo un clásico. A mí al final no me dio tiempo a pasar por el Xenos, que era donde tenían moldes de calabaza para hornear, pero el año que viene andaré más a tiempo y lo intentaré.

Crema de calabaza con bichos
La calabaza no puede faltar en un menú de Halloween, así que qué mejor que la sopa de calabaza que hago normalmente, pero esta vez la versión sin trocitos de pollo ni conchitas de pasta, solamente la crema (en este caso el pollo de las zancas lo utilicé para rellenar las croquetas y el resto se lo zampó Robert). En este caso la sopa de calabaza se ha convertido en "sopa de bruja" con unos "bichos" de albóndiga con patas de spaguetti que corretean por el perol.

Aquí las albóndigas (un poco despanzurradas para que no tuvieran tanta forma de bola, yo creo que más bien son mini hamburguesas), en crudo, cuando les acababa de insertar los spaguettis (ya sé que las arañas deberían llevar 8 patas, o sea 4 spaguetti, pero no me cabía ninguno más!)


Yo los metí en la olla con la crema cuando estaba ya hecha pero calentando ya para cenar, y los dejé 8 minutos, que es lo que tenía que estar la pasta para estar hecha.



También encontré otras ideas con fantasmas, murciélagos, etc de pan, aunque yo eso no lo hice. Se le pone un poco de pan tostado recortado con una forma "escalofriante" (no hay más que hacer una plantilla en un papel, recortarla, ponerla encima del pan y recortar también), o un fantasmita con un pegote de nata, dándole la forma con un palillo o un tenedor, y si se quiere también unos manchurriones de "sangre coagulada" con un poco de ketchup removiendo con un palillo largo.

Calabacitas de Halloween

Estas son muy monas, no meten miedo ni son "gore" ni da dentera llevárselas a la boca. Las vi en un blog de cocina y me parecieron muy coquetuelas... aunque creo que allí se mencionaba algo de añadir pimentón dulce al rebozado, cosa que yo no hice... así que hay que echarle un poco de imaginación para caer en la cuenta de que estas croquetas redondas pretenden ser calabazas... en fins...

Las croquetas en esta ocasión las hice de pollo y calabacín, que es lo que les gusta más a los niños, pero aprovechando el pollo de las zancas que usé para hacer el caldo de pollo de la sopa de calabaza ¿Me explico? que esto parece la canción aquella de campamento de "en un árbol había una rama, y en la rama había un nido, y en el nido había un pájaro...".

La receta de las croquetas la tengo aquí, aunque normalmente la suelo hacer un poco a pelo, sin mirar cantidades, porque cuando uno se acostumbra ya se nota cuando queda la bechamel en su punto justo.

Dedos de bruja

No acabo de pillar si la versión que hice yo eran dedos de muerto o dedos de bruja. La idea la encontré por ahí en algún compendio de recetas para halloween de internet y no recuerdo si eran unos u otros. En este caso a los niños les dijimos que eran dedos "de bruja" porque lo de meterse en temas de muerte con 5 años por muy halloween que sea, me sigue pareciendo un poco "jevi". Oficialmente los dedos de muerto deben de ser los que hicimos el año pasado aplastando rebanadas de pan de molde y enrollando una salchichita dentro. Los dedos de bruja son de mazapán (esos no los hicimos nunca). Entonces ¿esto qué es, un engendro?  El caso es que aplastar con el rodillo el pan de molde y luego enrollar ahí salchichas y darles forma de dedo es como quien dice un coñazo. Mucho más fácil este año, con placas de masa de hojaldre, enrollamos la salchicha, marcamos la forma de las falanges con un cuchillo, pegamos la almendra con un poco de ketchup y al horno 20 minutos. Luego en el extremo en que se supone que están "amputados", un poco más de ketchup. Y están buenos y todo, son como perritos calientes (cosa que el año pasado no se podía decir de los del pan de molde... a mí al menos me resultaron bastante sosos).

Empanada de calabaza de Halloween

He visto platos por ahí por internet para Halloween que están super logrados, pero que de verdad, precisamente por estar tan logrados meten miedo al miedo (pozos de gusanos, manos de zombi, argggg qué ascoooo, luego si me acuerdo busco los links). Bueno, dejemos que el protagonista principal siga siendo el Jack-o-lantern, que un poco de miedín sí que dan a veces con esos piños picudos y esa mirada sombría, pero que por lo menos no hay sangre, ni vísceras, ni larvas ni gusanos!! Esta es la receta de la empanada de toda la vida pero con forma de calabaza-farol de Halloween.

Tortilla de psicosis
O lo que es lo mismo, lo que haría Norman Bates si se encontrase con una tortilla en lugar de Janet Leigh detrás de la cortina de la ducha (corriendo un tupido velo ante la pasmosa eventualidad de encontrarse una tortilla en la ducha, of course). La idea original, de Sole.

Pastel de cabracho en forma de tumba
A mí por todos es sabido que el ángulo macabro y pseudo-paranormal de Halloween no me mola (ni de Halloween ni en general vamos, a mí esas cosas me dan canwelus maximus). Unas cuantas Jack-o-lantern están bien, unos murcielaguitos, unas arañonas, que vale que me dan asco pero son criaturas del Señor y tal... incluso un fantasmita de los de la sábana y los ojos asomando por debajo hasta podría pasar por la censura... pero movidas de estas de zombies, de espíritus, de risas espectrales y demás... pues ya me dan el acojone. Y entonces... ¿qué narices hace aquí este amago de tumba, y encima de color naranja encendido? Pues es que los únicos moldes que tengo son en forma de triskel, de rosa, y de tartaleta... que me daba la impresión de que ninguno de ellos se ajustaba a los cánones halloweenescos. Así que esta versión del cabracho está desmoldada de un tuper de plástico rectangular normal y corriente, y las letras están pintadas con mayonesa en una manga pastelera.

Pizza de telaraña

La base de pizza puede ser la de Nigella Lawson o más fácil todavía, de las precocidas del super. Hay que usar lonchas de queso que sean un poco resistentes, no los tranchetes que no hay quien los recorte. Se cortan unas tiras de queso y se les va dando forma de tela de araña. Y la araña es una aceituna negra con patas también de tiras de aceituna cortadas


La pena es que al añadirles los champis, el queso rallado, trocitos de jamón, etc, el efecto telaraña quedó bastante difuminado. Pero bueno... yo sabía que estaba ahí... je je je.


El menú de Halloween este año lo repetimos un par de veces, ya que el día 31 cae de lunes pero desde el viernes ya hubo fiestas de "trick or treat" y verbenas varias. El lunes antes de ir a la fiesta del barrio, la versión fue con mini pizzas para los niños.



Tarta fantasmagórica
No es más que la "tarta de Coca-cola" de Nigella Lawson con un toque de Halloween en forma de fantasmitas de chocolate. El dibujo está hecho con chocolate blanco fundido. Se dibuja un fantasmita, murciélago o lo que sea en un papel de hornear, se mete el chocolate fundido en una manga pastelera, se rellena el dibujo y se deja secar. Easy-peachy.

(NOTA: no hay foto porque la tarta me salió lamentable... la próxima vez será)

Bebida de ranas o "kikkersdrankje"

Casi se me olvida, para "amenizar la velada" nos preparamos una jarrita de zumo de color rojo (frutas del bosque) con gominolas de rana y de tiras de regaliz rojo. Se supone que es una "bebida de brujas" (sí sí, como la sopa de brujas, los dedos de bruja... si es que las brujas ya se sabe, en Halloween no paran). La idea original era de Ale, ella me dijo que iba a hacer el zumo con Ranja azul, es un zumo que debe de ser como una especie de "Tang" pero en versión holandesa, lo que pasa que yo ése no lo encontré, así que cogí uno color "sangre" para dar un efecto un poco vampírico. Y los gusanos de gominola sé que existen, al menos en España, y aquí seguro que también, pero yo no los encontré así que las tiras de regaliz hicieron el efecto.

Pero lo más aterrador de nuestro Halloween 2011 fueron sin duda los terroríficos elementos que procedemos a ennumerar.

El esqueleto parlante:
                                

La calabaza saltarina:

 Y la heks van circonflex, alias la bruja maruja


                        ------------------ HAPPY HALLOWEEN!!!----------------------------

miércoles, 26 de octubre de 2011

Masa para pizza de Nigella Lawson

La semana pasada me entró un antojo de estos que sólo deberían entrarles a las embarazadas (porque total, 10 cm de cintura más que menos, estando ya como pelotillas, no se les nota tanto). Y es que necesitaba urgentemente zamparme una pizza recién salida del horno, con sus champiñoncitos (no tenía), su queso mozzarella (no tenía), sus tomatitos cherry (no tenía) y lo más importante, una base de pizza prehorneada (pues eso... ¡tampoco la tenía!).

En mi ranking de cómo comerte una pizza en casa y llegar a disfrutarla se encuentran las siguientes categorías:
1. pizza congelada (never do it)
2. pizza prehorneada (sección de refrigerados) bueeeeno, las hay que no están mal, pero por lo general suelen tener combinaciones de elementos que yo nunca usaría (Diossss, a quién se le ocurre hacer una pizza de queso y RUCOLA, que encima cuando la horneas, queda como si se te hubiese caido un moco de troll allí en medio)
3. llamar a New York pizza... algunas son comestibles, pero como siempre están que si base americana, que si base italiana, que si base crujiente, que si ingrediente extra... nunca me acuerdo de la que pedí aquella vez que estaba tan buena, acabo pidiendo la que tiene una base que es como si se te incrustara el Alien de Sigourney Weaver en el estómago y al final me pregunto ¿pero en serio que hoy quería comer pizza?
4. base prehorneada en la que cada uno le pone los ingredientes que le apetezcan... Pues claro ¿cómo no se me había ocurrido antes? y es que esto lo descubrí hace relativamente poco. El año pasado después del verano, cuando nos instalaron la cocina nueva con un horno que FUNCIONABA le dediqué un día un homenaje a mi familia holandesa en la que todos los ingredientes iban al horno: bizcocho, empanada, hogaza de pan probablemente, y entre otras cosas que ya no me acuerdo, unas cuantas minipizzas hechas con estas bases prehorneadas. Aparte de que este día debieron de bajar el pórtico rodando como pelotillas, todo el mundo comentó lo ricas que estaban las mini pizzas "que yo había hecho".
Yo evidentemente no había hecho nada más que tirarles unos cuantos ingredientes por encima a las bases que había traido del supermercado. Pero tuve que reconocer que el resultado era muy bueno. Así que creo que llevo ya algo más de un año incrementando mi adicción a las pizzas hagalo-usted-mismo con base prehorneada.
Hasta que... la semana pasada... no había base en la nevera!!

Daba la casualidad de que al volver de vacaciones Robert me dio un cheque de libros (un "boekenbon", de los de www.boekenbon.nl) que tenía por ahí desde hacía siglos y no había usado ni pensaba utilizar. Yo tampoco pensaba darle uso, ya que no suelo comprar libros (antes los busco prestados en la biblioteca), en las librerías sólo se encuentran normalmente en inglés y en holandés (y yo salvo excepciones suelo leer en español) y además desde hace ya bastantes meses, para leer tengo el Kindle (la razón de más peso a la hora de no necesitar comprar más libros).
La portada en la versión
original inglesa. En español
podría ser que no esté traducido
Pues mira tú por donde, que unos días después me pasé por la librería Paagman y me encontré por casualidad con el libro de Nigella Lawson: How to be a Domestic Goddess. También estaba la versión holandesa, pero en realidad, para comprar una traducción de un libro de cocina, si no es la de mi propio idioma, prefiero tener el original.
Así que al final sí que le di buen uso al cheque de libros, me llevé el libro de Nigella, que además ya conocía algunas de las recetas de su sitio web, y había oido hablar de este libro (que parece ser que en su día sembró un poco de polémica por considerar algunos sectores sociales que el título, en español "Cómo ser una diosa doméstica", era totalmente improcedente, anticuado, sexista y etc). A mí particularmente el título no me molesta, aunque más bien cambiaría el "Cómo ser una diosa doméstica" por "Cómo tener una diosa doméstica", una a la que le des el libro y todos los días te presente un par de las recetas en la mesa, sin que tú tengas que mover un dedo -o sea que la Thermomix no me vale, que el dedo y algo más sigue habiendo que moverlo para que te haga sus cosillas-. Por otro lado mí las recetas de los cocineros ingleses siempre me parecen como un poco demasiado... ¿¿inglesas?? No sé, no sé, es que a veces son recetas un poco de perogrullo, como los macarrones gratinados de Jamie Oliver, que claro, también es cierto que sus recetas van destinadas a todos los públicos, aparte de que en sus libros se echan de meno los platos de cuchara... que claro, también es cierto que mi problema será no que las recetas sean muy inglesas sino que mi percepción culinaria es muy española. Porque no vamos a esperar que Jamie Oliver se siente a explicarnos cómo se hace un marmitako o una purrusalda. Sin embargo las recetas de Nigella, sin que creo que ella tenga ni pajolera idea de qué es un marmitako, sí que son más innovadoras (aunque creo que también tiene recetas de macarrones gratinados). De todas formas, el libro de "How to be a Domestic Goddess" o "Cómo ser una diosa doméstica" sólo tiene recetas que van al horno, o sea "baking" según dice en el subtítulo, así que marmitakos por ahí saldrán pocos. Y ya que hablamos de innovación, ¡qué puede ser más innovador que la tarta de Coca-cola que aparece en este libro! (que yo no la he hecho, pero en breve caerá). O la de la tarta Guinness, que no sale en este libro pero que según parece también es una receta de Nigella (y que también en breve caerá...)
Bueno, que ya me he vuelto a enrollar. El caso es que la semana pasada, al ver que no tenía ni base, decidí estrenar de una vez el libro y poner en práctica su receta de pizza. Justo cuando terminaba de reposar la masa, llegó Robert del trabajo, que se había pasado por el supermercado, y traía un cargamento de tomatitos, mozzarella, champis, queso rallado...
¡Y la pizza la devoramos!

INGREDIENTES:

250 gr de harina de uso normal (00 o de repostería, es decir no tiene que ser de fuerza)
1/2 saquito de levadura seca (3,5 gr) o 8 gr de levadura fresca
1/2 cucharadita de sal
aproximadamente 150 ml de agua templada
2 cucharadas de aceite de oliva virgen

Para los ingredientes que van encima de la masa (no digo relleno porque no va tapada como si fuese una empanada), no usé los que decía la receta de Nigella. Era algo así como pizza Casareccia y llevaba tomate triturado, orégano, anchoas, lonchas de queso, jamón, pepinillos y queso rallado. A mí lo que me interesaba era la base solamente.

Si la levadura es fresca, disolverla en el agua tibia y añadir el aceite. Añadir por último la harina y mezclar bien. Amasar hasta que quede una bola bastante consistente, entonces ponerla en un bol, tapar con un paño limpio y dejar reposar una hora, hasta que la bola haya doblado su tamaño.

Precalentar el horno a 240º C.

Estirar con la mano, no con el rodillo de amasar (se pega). Pensandolo fríamente, por algo los cocineros italianos tiran la bola al alto, la hacen girar encima de su cabeza, etc pero nunca le dan con el rodillo. Yo la hice rectangular (bueno ejem, eso es más bien lo que intenté, creo que más bien tenía forma de poliedro irregular... muy irregular)

Para la base yo la unté con tomate triturado con un poco de orégano, lo cubrí con placas de queso y luego champiñones en rodajas, jamón de York, tomatitos cherry y queso rallado (un híbrido entre la caprese, que lleva tomate y bolitas de mozzarella, y la caprichosa, que lleva jamón y champis... y que a los italianos no les dé el flus)

Poner al horno durante 20 minutos o hasta que el queso esté gratinando, sin llegar a dorar del todo.

domingo, 23 de octubre de 2011

La diosa de la fertilidad y el menú francés de tres platos

No estaría de mas preguntarse: ¿qué tiene que ver una diosa de la fertilidad con un menú, y además francés?
Pues eso mismo habría pensado yo hasta este verano, cuando en julio estuvimos unos días en el sur de Francia (Aquitania) y allí resulta que...
Bueno, empecemos por el principio.
En los últimos meses, esto es desde que en enero llegó a mi vida el lector electrónico Kindle, he visto el cielo abierto en cuestión de leer libros en español. Y entre otros muchos, me tragué los 5 últimos de la saga "Los hijos de la tierra" de Jean Auel (el primero lo había leido ya, hace la friolera de 5 años, pues era el único que había en español en la biblioteca central).

El sexto y último libro de la saga, La tierra de las cuevas pintadas, nos da detalles muy concretos sobre el lugar de donde es originario Jondalar, donde vive su tribu y donde él y Ayla se establecen definitivamente después de sus viajes. Al principio del libro viene un mapita y una lista de nombres reales actuales de las cuevas que se mencionan en el libro.
Asi que yo, embebida en la fiebre paleolítica y después de haberme tragado de golpe y porrazo nosecuantos miles de páginas, decidí hacerme mi "gira de la donier" a medida.
La zona donde nos alojamos estaba en la provincia (departamento) de Dordogne, en la región de Aquitania, en concreto un pueblecito llamado Les-Eycies-de-Tayac-Sireuil, en la zona de lo que llaman el Perigord Negro. A unos 30 km de Les Eycies, está Montignac, digamos que el pueblo principal, ya más grande y con más ambiente. Además a 2 ó 3 km de Montignac están las famosas cuevas prehistóricas de Lascaux (http://www.lascaux.culture.fr/#/fr/00.xml), que por supuesto también aparecen en el libro de Jean Auel, peeeeero... lo que me hizo buscar alojamiento en Les Eycies y salir disparada hacia allí es que en este pueblecito, a menos de 200 metros de la carretera principal y sin ningún tipo de vallado ni protección ¡¡se encuentra el yacimiento donde se encontraron los 5 primeros esqueletos de Cromagnon, es decir, los que dan nombre a la especie "cromañón" u "homo sapiens sapiens"!!

El abrigo de Cro-magnon

Y para completar la emoción de alojarnos en este pueblecito (que en los folletos turísticos lo llamaban "la cuna de la humanidad", y es que bien pensado esto es realmente así), resultó ser que "la cueva" de Ayla y Jondalar estaba a 2,5 km. Bueno esto evidentemente sólo es así para quien haya leído el libro La tierra de las cuevas pintadas, ya que la cueva en cuestión (Lagnerie Basse) está señalizada en el mapa que viene en el libro como la "Novena Caverna", es decir la tribu a la que pertenece Jondalar. Pero para los que no lo han leído, la cueva no deja de ser Lagnerie Basse, una de las tantas cuevas prehistóricas de la localidad, y punto pelota.
Yo sudé tinta de calamar intentando recuperar mi francés para explicarle al señor de Le Menestrel, la casa rural donde nos alojábamos, que a 2,5 km de su casa se encuentra el epicentro de la saga de "Los Hijos de la Tierra", que no es por nada pero es una serie de libros que ha vendido millones de ejemplares, reconocida a nivel mundial (el primer libro salió en 1989 y el sexto en 2010... así que mira si no tuvieron años para convertirse en saga de culto...) Pero el buen hombre, ni flowers, y yo enseñándole la portada del libro cutre en blanco y negro tal y como sale en el Kindle.
Me sorprendió que no se le hubiese hecho ningún tipo de publicidad a los libros de Jean Auel, ya que entiendo que el buen hombre de la casa rural pudiese estar algo despistado del tema, pero la gente que trabaja en las oficinas de turismo del municipio, por ejemplo, extraño que no se les haya ocurrido ya vender "la cueva de Ayla" como atracción a los turistas. Aunque bueno, este último libro donde se explica todo sobre el origen de Jondalar y las cuevas de la localidad, creo que se ha publicado hace menos de un año. Démosles un margen razonable a ver qué pasa...

Venus de Willendorf
Venus de Dolni Vestonice

El día que visitamos la cueva de Lascaux (sólo está abierta al público una réplica, Lascaux II, situada a sólo unos metros de la auténtica) fue cuando descubrí, en la tienda de "souvenirs", un colgante con la figurilla de la diosa de la fertilidad de la izquierda (venus de Willendorf).
No era la primera vez que veía la imagen de una venus paleolítica, recuerdo que aparecían en todos los libros de Historia del instituto, pero la imagen que yo tenía en mi memoria de estas diosas es de una versión mucho más rudimentaria, algo así como la de la derecha (venus de Dolni Vestonice)
Por eso me fascinó esta figurita de Willendorf, tan bien hecha y tan acabada, me recuerda además a aquella escena de la peli francesa "En busca del fuego" en la que en una especie de ritual de iniciación, meten al Neanderthal con un montón de "venus" cromañonas con un aspecto idéntico al de mi colgantillo.
Colgante de la dama de Brassempouy de Lascaux
Aunque donde las vi fue en la tienda de Lascaux como digo, esta figurilla en concreto no es originaria de la zona, es una reproducción de la venus de Willendorf.  No pude resistirme, caí en el consumismo paleolítico y me compré también un colgantito de la Dama de Brassempouy, que representa solamente la cabeza y sí fue descubierta en Francia. Sin embargo, como ya digo, la que realmente me encantó fue la de Willendorf.
Colgante de plata de la venus de Willendorf de Ebay
La figurita de la venus de Willendorf que sale aquí en la foto no es la original que me traje de Lascaux. La otra era, para mi gusto, mucho más mona, ya que tenía este color marfil un poco envejecido que tiene la dama de Brassempouy de la otra foto. La llevaba puesta a modo de "talismán" casi, pero un día que fuimos al parque de atracciones de Efteling, cuando ya estábamos a punto de irnos, a Alex le dio por tirarme del colgante mientras me decía no sé qué. En ese momento, la venus todavía estaba allí, pero cuando llegamos al coche, ya no. Así que en ese trayecto al aparcamiento, se perdió para siempre mi figurita. Snif, snif.
Como soy bastante supersticiosa, no me gustó quedarme sin mi amuleto. Así que esta otra plateada la compré por Ebay a un orfebre de Nueva York. Y es que no es tan fácil encontrar un colgante de la venus de Willendorf, a menos que me vuelva a pasar por Lascaux un año de estos. Esta versión, todo hay que decirlo, no me gusta demasiado, pero a falta de otra mejor... La mayoría que encontré por internet, eran de plata, incluida esta (¿¿pero por qué?? si la original está hecha de barro). Sólo encontré una en color marrón más parecido al original pero era lo que llamen en inglés un "bead" o "cuentas" en español, o sea que no tiene agujerito para colgante sino que está perforada la misma figurita, para poner en una pulsera. Así que me tuve que conformar con esta versión plateada. Me queda el consuelo de que el Museo Histórico de Viena (donde se conserva la venus de Willendorf original) va a abrir una "webshop" en enero, y es de suponer que tendrán merchandising de la venus, seguramente también el colgantito, ya que si lo tienen en Lascaux, cómo no lo van a tener en el sitio donde se expone la figura original...

Dejando aparte mi particular "gira de la Donier"y circunstancias que la rodean, me sorprendió que la primera noche que fuimos a cenar en Les Eycies nos encontramos con que en el "bistrot" había menús del día como en España, pero por la noche. Y menús completos de primero, segundo y postre, además de la segunda sorpresa de encontrarnos con un segundo que era "boeuf bourguignon" (ternera guisada al vino), yo pensaba que este plato era una delicatessen francesa tipo langosta a la plancha, no sé, me sonaba casi como a cena de solemnidad, pero Robert no se anduvo con contemplaciones, claro (yo me había pedido una "omelette fromage" o tortilla de queso, toma sobredosis de proteínas, pero es que andaba con una reacción alérgica en la piel tremenda de los Terracotta de Guerlain y no me convenía tomar nada que no supiese a ciencia cierta de qué ingredientes se componía)

Pues ahí va, en tres entradas separadas aparte para que sea más fácil de encontrar, el menú francés que tuvimos la suerte de degustar en la Dordoña:

De primero: soupe à l'oignon o sopa de cebolla estilo francés
De segundo: boeuf bourguignon o ternera al vino tinto
De postre: mousse au chocolat o mousse de chocolate

Insisto en que para hacer platos franceses es muy importante utilizar mantequilla para freir en lugar de aceite. Aceite mezclado con mantequilla tampoco pasa la censura. Y aunque en España no sé si existe la mantequilla líquida especial para freir, en todo caso hay que elegir una variedad con poca nata y ser de la variedad sin sal.

A nosotros en Francia la ternera nos la sirvieron con patatas fritas tipo "precongeladas" como las del Mc Donnalds, o lo que es lo mismo las patatas fritas a la francesa tradicionales (conocidas popularmente como french fries). Nosotros aquí en casa las acompañamos de una ensalada verde y unas patatas a la mostaza, que no es que sean especialmente francesas pero hmmm.... como dicen los holandeses: lekker!!

Mousse de chocolate y naranja

La cocina francesa tiene postres emblemáticos y mundialmente conocidos: la tarta tatin, la mousse, la crema brulée... además de estar los franceses todo el día dándole a los rilletes y al paté de foei (que tienen un montón de grasas), de cocinar con mantequilla, de las quiches, de la baguette... eso sin hablar de las patatas fritas, que tal tradición alcanzan que en inglés por ejemplo llevan la nacionalidad francesa en su nombre: frenchs fries.
Y sin embargo, las francesas suelen estar delgadas y buenonas ¿cómo lo hacen? Pues no lo sé, quizás hayan desarrollado un gen de resistencia a los azúcares y las grasas saturadas. Aunque por lo que yo vi cuando trabajaba con muchas compañeras de esta nacionalidad en una organización internacional, ellas normalmente en su realidad cotidiana, no pasan tomarse una ensalada para comer, una manzana de postre, y el café au lait por supuesto con leche desnatada. En un país como en el que yo vivo, en que al mediodía la comida es a base de bocadillo, o sea con pan como el protagonista principal, el comerse solamente el relleno del pan pero no el pan en sí mismo, ya marca una diferencia considerable en cuanto a calorías ingeridas.
En fin, esto hace tiempo que me dio la pista que me inclina a pensar que ellas solamente dan rienda suelta a su verdadero apetito cuando visitan le restaurant o le bistrot, entonces sí que devoran cantidades ingentes de paté, de petit pains, de soufflée de fromage, de quiche lorraine, de boeuf bourgignon y, ya que estamos, ¿qué tal de postre esta mousse au chocolat?
(Ahora bien, un asunto que queda fuera de nuestra jurisdicción sería cómo anda la media de colesterol del pueblo francés...)

Ingredientes:

275 gr chocolate amargo (con un mínimo de 70% de cacao) en trocitos
200 gr de mantequilla "buena"
6 huevos, con la yema separada
2 1/2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
150 gr de azúcar granulada
1 naranja
150 gr de mermelada de frutas del bosque (opcional)
1 rama de canela (opcional)
200 gr de arándanos (opcional)

NOTAS: esta receta es para 8 personas. Yo la he hecho dividiéndolo todo por la mitad más o menos, y aunque pone que se caliente en un molde de tarta desmontable, a mí me gusta más cómo queda en potecitos individuales. Otra cosa importante: para hacer postres franceses, hay que usar mantequilla "de la buena" como la llaman en España (en holandés sería "roomboter" o mantequilla con gran porcentaje en nata)

Calentar el horno a 180º C.
Poner una olla o un cazo con agua al fuego, y dentro colocar un recipiente resistente al calor con el chocolate y la mantequilla (= al baño maría). El agua de la olla no puede entrar dentro del recipiente, y también hay que tener cuidado de que el agua no se evapore del todo de la olla. Calentar el chocolate con la mantequilla removiendo de vez en cuando, hasta que se funda. Cuando se haya conseguido una masa homogénea, dejar enfriar ligeramente.
Batir las yemas de huevo y añadirlas a la mezcla de chocolate.
Añadir a la mezcla la mitad del azúcar y el cacao en polvo.
Raspar la mitad de la naranja por encima de esta mezcla.
Batir las claras en un recipiente seco y sin engrasar, añadiendo poco a poco el azúcar hasta que esté a punto de nieve (merengue). Las claras tienen que estar a temperatura ambiente, si están recién sacadas de la nevera, montan peor (según mi experiencia, pero no sé a qué se debe el fenómeno).
Poner el merengue en la mezcla de chocolate, removiendo con cuidado con una espátula hasta que todo esté bien mezclado.
Poner la masa en un molde engrasado de tartas o en potecitos individuales (a mí me gusta más así) y hornear durante unos 20 minutos.
En la receta también se sugería una salsa de arándanos para servir por encima, aunque yo no la hice: hervir la mermelada de arándanos + palo de canela + arándanos con 1 cucharada de agua, removiendo hasta que hierva, y dejar enfriar.
Servir la salsa de arándanos por encima de la mousse de chocolate y naranja.

Sopa de cebolla estilo francés

50 gr de mantequilla para freir
750 gr de cebollas
2 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de harina
1 litro de caldo (yo la verdad es que siempre he usado agua... el saborcillo ya lo dan las cebollas)
1 baguette cortada en rebanadas
75 gr de queso gruyère rallado
sal y pimienta

Cortar las cebollas en aros o tiras muy finos. Poner la mantequilla con el azúcar en la olla y añadir las cebollas, dejando caramelizar a fuego muy lento durante unos 20 minutos, removiendo de vez en cuando. Las cebollas tienen que quedar blandas y de un color marrón claro uniforme. Añadir las 2 cucharadas de harina y dejar a fuego lento otros 5 minutos, pero esta vez sin parar de remover porque si no se pega. Añadir el caldo (¡o el agua!), salpimentar y cocinar a fuego medio y tapado durante unos 15 minutos más.
Llegados a este punto, la receta original dice que hay que colocar la sopa en cuencos originales resistentes al horno, poner 2 rebanadas de pan encima de cada cuenco y espolvorear la superficie (no sólo el pan sino toda la sopa) con queso rallado. Colocar bajo el grill del horno (calentamiento sólo con la barra de arriba del horno) durante 5 minutos, hasta que el queso empiece a echar burbujitas. En este caso, el queso al ir enfriando queda como con una costra dura y el pan se ha convertido en tostada... hmmm...
Pero no todo el mundo tiene cuencos individuales para el horno ni ganas de poner los ramequines uno por uno allí metidos, etc. Yo tengo el molde de pyrex transparente, pongo allí toda la sopa con unas cuantas rebanadas flotando y todo el queso por la superficie y lo meto así debajo del grill. Luego cada uno que se sirva lo suyo.
O si no hay tiempo ni ganas de meterlo al horno, simplemente tostar las rebanadas de pan en la tostadora y servir la sopa en la mesa con el queso rallado y las tostaditas de pan.

Boeuf bourguignon o ternera al vino tinto

Pongo los ingredientes un poco separados según se vayan a ir utilizando (la guarnición de champiñones y bacon por ejemplo se hace aparte de la carne)

750 gr de ternera para guisar
100 gr de mantequilla para freir
2 cucharadas de tomate rallado
500 ml de caldo oscuro de carne
1 cucharada de harina

500 ml de vino tinto de Borgoña
200 gr de mirepoix de verduras (esto significa, una mezcla a partes iguales de cebolla, zanahoria y apio picados muy finitos)
2 dientes de ajo
pimienta negra

150 gr de cebollitas pequeñas o "chalotes"
1 cucharada de azúcar
60 gr de mantequilla para freir
150 gr de champiñones
100 gr de bacon en tacos
sal y pimienta negra para moler

Se corta la carne en dados y los ajos en láminas finitas. Se sazona la carne y se deja a macerar con los ajos en el vino Borgoña durante unas horas.
Pasado este tiempo, se escurre la carne y se reserva el vino. Se sofríe la carne en la mantequilla (en los platos franceses es muy importante utilizar mantequilla en lugar de aceite!!) y se añade el mirepoix (verduras picadas). Se sofríe todo junto durante 3-4 minutos removiendo con cuidado. Se añaden las 2 cucharadas de tomate rallado (como para paella) y se sazona con sal y pimienta. Se añade el vino que se ha reservado del marinado, una cucharada de harina para que ligue y 400 ml del caldo de ternera (se reservan 100 ml para cocinar la guarnición) y se deja cocer a fuego lento y tapado durante 1 hora y media o 2 horas (bueeeeno... otro día probaré esta manera... yo la verdad es que lo puse en la olla rápida 15 minutos y quedó genial, aunque le sobró muchísimo caldo... el caldo lo colé y lo congelé para otra vez que una receta pida caldo de carne, que esta vez lo tuve que hacer aparte NOTA: mi olla rápida es en realidad la "olla superrápida", los tiempos son diferentes de la express o la rápida normal).

Mientras tanto, poner a fuego lento con la mantequilla y una cucharada de azúcar las cebollitas rojas o "chalotes" cortados en 4 cuartos, los champiñones y el bacon, durante 2-3 minutos, entonces se sazona con sal y pimienta deja cocer a fuego lento hasta que el caldo se vaya evaporando.

(En la receta original las cebollitas con mantequilla y caldo se fríen aparte del bacon y los champis, pero a mí es que ya no me cabían más sartenes al fuego así que lo mezclé todo :-) )

A mí al haberlo hecho con la olla rápida, me sobró un montón de caldo como dije más arriba. La ternera guisada no es un plato de cuchara, se supone que tiene que estar húmeda pero
seca. Yo me imagino que al hacerlo en olla normal y dejar ir cociendo poco a poco, el líquido se irá evaporando casi en su totalidad.

--- Las fotos me salieron fatal, así que para la próxima que lo intente las añado----

viernes, 14 de octubre de 2011

Patatas a la mostaza

1 kilo de patatas (lichtkruimig)
60 ml de sidra o vinagre de vino blanco
2 cucharadas de granos de mostaza
2 cucharadas de mostaza picante
2 cucharadas de mostaza dulce
1 cucharada de granos de koriander
sal de mar
6 cucharadas de aceite

Cocer las patatas hasta que estén todavía un poco duras. Escurrirlas, cortarlas en cuadraditos y extenderlas en un molde de horno. Dejar enfriar. Precalentar el horno a 180º C. Mezclar el vinagre con los granos de mostaza y llevarlos a ebullición en un cazo. Bajar entonces el fuego y cocer aún unos momentos. Poner en un cuenco y mezclar con los diferentes tipos de mostaza y las semillas de coriander. Salpimentar con la sal de mar y algo de pimienta negra. Añadir el aceite por encima y mezclar bien. Repartir esta mezcla sobre las patatas en el molde de horno y mezclar bien hasta que todas las patatas estén cubiertas por una capa de esta salsa. Poner el molde al horno unos 15 minutos, hasta que las patatas estén doradas y crujientes, darles la vuelta y dejar cocer otros 15 minutos.

jueves, 13 de octubre de 2011

Un pastel de cabracho, un iPad y un Kindle

Hasta el año pasado, nunca había ido de vacaciones a España durante el verano. Alguna vez en septiembre, varias en Navidades, una en Semana Santa... pero ahora le hemos cogido el gusto y ya vamos dos veranos seguidos que nos acercamos a Asturias.
Y yo creo que es por eso que mi visión de la madre patria desde la perspectiva de un exiliado ha cambiado en los últimos tiempos. Desde agosto de 2010 Asturias me sabe a calamares con limón, a patatas al cabrales, a croquetas de jamón y sobre todo... no, no voy a decir a "sidra" (ARGGGG!!! nunca la he podido tragar, para mí es como beber vinagre) en todo caso sí que es cierto que he vuelto a recuperar el olor, que ya lo tenía perdido, pero sobre todo a PASTEL DE CABRACHO.
Esta es otra receta que ya estaba olvidando, pero después de dos veranos degustando compulsivamente calamares, salsa cabrales y pastel de cabracho, me he animado a reconstruir en casa el gusto de la tierra.


Pero, y entonces ¿qué tienen que ver el iPad y el Kindle con el pastel de cabracho? Bueno, pues que los tres constituyeron las "trends" del verano, allá donde estábamos, caía un pastel de cabracho (igual que el año pasado con los calamares rebozados ¡OBSESIÓN TOTAL!) y allá iba el yayo con su iPad a enseñar fotos, o vídeos, o ponerle juegos a Alex. Realmente el partido que puede sacarle mi padre a un cacharro de esos es más bien poco, así que teniendo en cuenta que a mi madre le gusta bastante leer y ya empieza a fallarle la vista con la letra pequeña de algunos libros, le instalé el programa que se necesita para usar el iPad como un lector electrónico (iBooks) y le descargué algunos libros de mi Kindle (previa sesión de formateo en el Calibre, ya que los míos suelen estar en formato MOBI y el del iPad es el EPUB). Pero el manejo del iPad como lector me pareció, en comparación con el Kindle, tremendamente complicado para alguien que no entiende mucho de temas electrónicos.
Para empezar, el Kindle no necesita tener ningún programa de lectura instalado, esto obviamente y como cualquier otro lector electrónico, ya que sólo sirven para eso. Pero tampoco necesita que instales en tu ordenador el Adobe Digital Editions, ni que descargues allí los libros electrónicos que compres y luego los vuelques al lector. Con el Kindle, el libro que quieras lo tienes a un click si lo compras en Amazon. Eso sí, en el formato "equivocado", ya que el que normalmente admiten todos los lectores, incluido el iPad, es el epub, y éste precisamente el Kindle no lo lee. Así que si compras un libro en otra tienda electrónica, o te lo bajas de forma "pirata", has de ver que esté en formato doc o debes convertirlo con el programa Calibre. El Kindle también lee pdf, pero no los ajusta a la página, es decir si la letra es muy pequeña, se queda como está, lo cual significa que a veces es prácticamente ilegible.
Obviamente también hay diferencias en cuanto a lo que ves en la pantalla de uno y otro dispositivo. Recuerdo que cuando me llegó el Kindle (¡en tan sólo 2 días después del pedido a Estados Unidos!), lo encendí y apareció su pantalla en reposo, en la que se ve un dibujo a plumilla de algún escritor famoso y yo creí por un momento que era una pegatina de protección o algo así, ya que al utilizar tinta electrónica no hay ni un solo reflejo ni brillo.
Esto puede ser bueno o malo. Con un lector electrónico no se puede leer en la oscuridad. Con un iPad, sí. Con un lector electrónico los libros con ilustraciones de colores (como los de Gerónimo Stilton) pierden toda su gracia y salero, mientras que con el iPad se ven bien bonitos. Pero claro, con un lector electrónico, y particularmente el Kindle, es enchufar y leer. Además la forma de tinta y pantalla que emplea es similar a una página de libro, con lo que no se te cansa la vista ni tienes problemas de visión, ni reflejos ni dolores de cabeza (hombre, si te quedas hasta las 4 de la mañana devorando ávidamente la novela que no puedes soltar de las manos... igual un poco al día siguiente sí, sobre todo si el despertador suena 3 horas después...). Yo, si hay que elegir, sin duda me quedo con el lector electrónico, ahora elegir cuál iba a ser difícil. En cuanto a conectividad y recepción de datos, el Kindle es genial, recibes los libros directamente de Amazon o te mandas un correo a tu dirección del kindle y en 1 minuto están dentro. Pero claro, tiene el problema de que está "capado" para el formato epub y además lee mal los PDF...
Recientemente surgió la discusión con mi suegro de para qué comprar un iPad "pudiendoteneruntabletdeotramarca" que son más baratos y además utilizan el sistema windows al que la mayoría de nosotros estamos acostumbrados ¿Qué tiene el iPad que no tenga el Samsug Galaxy tablet sin ir más lejos? Según comparativas recientes, creo que incluso el tablet de Samsung es mejor. Pero, es que realmente ¿para qué necesitas un tablet en general? Para trabajar no, ya que escribir textos de forma rápida en un teclado táctil no se le da bien a todo el mundo. En ese caso, casi todos nos sentimos más a gusto con el portátil, y si se trata de poder transportarlo con facilidad y que no pese mucho, ahí tenemos el Inspiron de Dell, entre otras muchas marcas... En cuanto a su función como lector electrónico, yo ya he comentado que me quedo con mi Kindle. Claro que también puede conectarse a internet, leer el correo y esas cosas... como cualquier otro ordenador y/o smartphone. Si tienes un móvil 3G y un tablet con wifi por ejemplo, siempre acudirás antes al móvil que al tablet para conectarte a internet. Entonces ¿qué nos queda? hombre, pues está bien para ver fotos, vídeos, ponerle juegos a los niños en la pantalla... hombre, mira, qué casualidad... ¡si esto es precisamente lo que hace mi padre! Así que resulta que al final, no lo está aprovechando mucho más que lo que debería...
Pues sí, pienso, y reconozco abiertamente, que hoy en día un tablet es un accesorio "guay" cuya utilidad principal es fardar. Con gloriosas excepciones, que seguro que mucha gente lo usa para otras cosas menos frívolas... como por ejemplo... hmmm... ¡pues todavía no conozco ninguno de esos!
Llegados a este punto, me decía mi suegro, pues si no lo usas para leer libros, ni para trabajar, ni sirve para mucho más que ejercer de gadget electrónico de lujo... pues entonces coincidirás conmigo en que, total, para eso, te compras uno de otra marca por la mitad de precio y en paz.
¡Pues no!
No, porque un iPad es EL IPAD, the one and only, y lo demás, no pasan de ser vulgares imitaciones. Por supuesto que algunas funcionarán mejor o tendrán más prestaciones... o no... la verdad es que no lo sé. Pero ya puestos a fardar... que sea con the real thing. Long live the iPad!

¡Ostras! ¿y cómo he llegado yo hasta aquí? ¡Si yo sólo iba a escribir la receta del pastel de cabracho!
Pues de ahí el título, que me pongo a pensar en pastel de cabracho, lo enlazo con el veranito, y las terrazas, y mi padre con Alex sentado encima y jugando con el iPad... y... ¡vuelta a empezar!
Pues nada, que aquí dejo la versión que he probado a hacer últimamente con gran éxito. El molde del triskel vino de Francia (Bretaña) y me costó conseguirlo porque no hacían pedidos al extranjero, pero me pareció taaan mono, y además me llegó justo a tiempo para la espicha del Día de Asturias en casa de María. El colmo de la decadencia.

Ingredientes:
Una tarrina de nata para cocinar
La misma cantidad de tomate frito
3 huevos
1 cucharada de sal
500 gr de filetees de pescado blanco cocido y sin espinas (el pescado se puede cocer con puerro, perejil y cebolla para darle más sabor, así luego podemos usar el caldo de pescado donde haya sido cocido)

Mezclar todos los ingredientes con la batidora hasta obtener una masa homogénea. Colocar en un molde engrasado y cocer al microondas 15 minutos a potencia máxima.
Al salir del microondas, los bordes estarán ya muy hechos mientras que el centro estará más blando. Tapar entonces con un papel de aluminio y dejar reposar hasta que enfríe.
Desmoldar y servir con mayonesa y tostaditas. No es realmente un "pastel" que se coma con tenedor y cuchillo sino más bien un paté de pescado que se unta en las tostadas con un poco de mayonesa.









lunes, 10 de octubre de 2011

Tazas, cucharadas y cucharaditas

A quién no le habrá sorprendido alguna vez la medición americana del tipo de "media taza", "1/4 de cucharadita", "2 tazas y media"... Siempre queda la duda de si ponerse a utilizar la taza del desayuno y la cuchara de la sopa o tratar de desentrañar el misterio de las tazas y cucharadas.
Estas medidas, al formar parte de un sistema con equivalencias en gramos y mililitros, siempre es mejor seguirlas al pie de la letra, es decir, dejar estar la taza donde tomas el Cola-Cao y buscar un juego de tazas y otro de cucharas, a la venta en algunas tiendas de utensilios de cocina o en el Bijenkorf en Holanda / el Corte Inglés en España, por ejemplo.
Esto no quita para que a veces se mencione "una cucharada sopera" o "una cucharada de café" de algún ingrediente", lo cual significaría en este caso que sí nos estamos refiriendo a cucharas de las que usamos normalmente para comernos el puré o el yogur.
Yo este juego de cucharas lo compré sin ir más lejos en el Hema (también las hay en el Blokker) y las tazas ya fueron algo más complicadas de encontrar. En la tienda de cocina (Cook & Co.) no las tenían, ni siquiera sabían a qué me refería. Pero las encontré por casualidad en una tienda de mi barrio que ni siquiera está especializada en utensilios de cocina. Tanto las tazas como las cucharas son de acero inoxidable.
 




jueves, 6 de octubre de 2011

Sopa de pollo y calabaza

Después de este inesperado veranillo de San Martín o "indian summer" como dicen en inglés, de un día para otro nos hemos levantado de repente con las temperaturas y colores del otoño. Es el momento de añadirle también los sabores y los olores propios de esta época del año, con una rica sopa de calabaza asada.
Ingredientes:

1 calabaza naranja
6 muslitos de pollo
1 cebolla
1 tomate
1 cucharada de pimentón dulce
1 l de agua
100 gr de conchitas de pasta
perejil, sal y pimienta

Cortar la calabaza en dos mitades y quitarle las pepitas. No pasa nada si no salen todas muy bien, cuando la calabaza esté asada saldrán más fácilmente. Asar la calabaza a horno suave (125 º C) durante 2 horas y después dejar enfriar. Limpiar las posibles pepitas que hayan podido quedar, pelar, cortar la carne en cubitos y reservar.

Freir los muslitos de pollo en aceite de oliva, hasta que estén muy bien doraditos. Los muslitos tienen que estar muy salpimentados, ya que necesitamos bastante sal para posteriormente dar sabor al litro de agua. Añadir la cebolla picada y pochar durante unos minutos. Añadir un tomate picado y la cucharada de pimentón. Remover bien todo junto y añadir el litro de agua. Salpimentar de nuevo si se desea, y añadir el perejil. Cocer en la olla superrápida, a presión 2, durante 5 minutos, o en olla tradicional tapada 15-20 minutos.Sacar los muslitos con una espumadera, y añadir el caldo a la calabaza. Triturar todo junto con la batidora y cuando esté convertido en una crema fina, cocer durante 8 minutos con las conchitas de pasta (o la cantidad de minutos que recomiende el paquete) (NOTA: al llegar a este paso, podemos tomarnos la crema directamente como tal, sin necesidad de añadirle pasta ni nada más)


Desmenuzar y deshuesar los muslitos de pollo, y servir por encima de la sopa (yo usé 2 para hacer croquetas, porque la carne de 6 muslitos me parecía mucho).